El concepto conocido como “Club Bilderberg” ha sido popularizado por Daniel Estulin en su primer libro de investigación “La verdadera historia del Club Bilderberg”, para definir las reuniones que cada año, en un lugar diferente del planeta, llevan a cabo un centenar de personas de las altas esferas de las finanzas, políticos, aristócratas y gerentes o delegados de medios de comunicación de todo el globo desde 1954, cuando el príncipe Bernhard de Holanda decidió reunirlos en el Hotel Bilderberg, de aquel país, con el objeto de debatir sobre la dirección de la política y la economía internacional y establecer las líneas de actuación conforme a los intereses de estos potentados miembros. Otros muchos investigadores ya habían dado cuenta de sus actividades desde varias décadas antes, los sesenta y setenta, refiriéndose en la mayoría de los casos a las actividades de Rockefeller. Otros autores redundan en el carácter esotérico que se esconde tras el telón de ese nuevo orden global, sin embargo para Estulin lo único que se esconde tras ese telón son los deseos de las élites financieras mundiales de convertir el planeta en una gran sociedad limitada controlada por ellos.
En la actualidad un nuevo libro de Estulin,”Los señores de la sombra”, incide en las actividades de las grandes corporaciones de este club, así como en sus planes sobre el control de la vida en el planeta, con cientos de documentos que lo avalan. Por su parte Alex Jones aborda tales conspiraciones en su película “Endgame” (el final del juego).
Uno de los principales colaboradores del Club Bilderberg es el Instituto de Estudios Políticos (IPS), cuyo principal teórico es Noam Chomsky, conocido escritor y analista anti-capitalista y de la Mesa Redonda Británica. Los objetivos políticos del IPS están al dictado del Instituto Tavistock, creado para extender los “ideales” del socialismo nihilista de izquierdas como movimiento base en EEUU. El Club Bilderberg, a través de sus reuniones e influencias, elabora la estrategia que mejor responde a sus intereses de clase entre las clases. Desde su Olimpo particular manipulan la Historia a su antojo y la hacen a su medida. De facto, son quienes, en realidad, gobiernan al mundo.
El objetivo de este club sería, pues, coordinar las políticas de todas estas instituciones miembros e invitados, en la dirección única de lo que se ha venido en llamar el Nuevo Orden Mundial. No es extraño que desde mucho antes, pero muy especialmente desde aquel año de 1954, los asuntos objetos de sus discusiones y las decisiones tomadas sobre los mismos, han venido influyendo de manera sustancial en nuestra vida cotidiana como intentaremos desentrañar en estas páginas.
El inspirador del Nuevo Orden Mundial, según informaciones aparecidas en internet, fue el masón Illuminati y sacerdote jesuita renegado, Adam Weishaupt (Frates Lucis Espartacus) quien, en el siglo XVIII, planeó la eliminación de todas las religiones, instituciones civiles y gobiernos nacionales para reemplazarlos por un gobierno único global. También planeó la abolición de la Monarquía, la propiedad privada, la herencia, el patriotismo y la familia. Asimismo algunos investigadores señalan que esta orden masónica promovió la implantación del comunismo en Rusia y, la Revolución Francesa.
Estas misma fuentes afirman que otro masón Illuminati italiano, Giuseppe Mazzini, habló en el siglo XIX de la necesidad de crear una gran estructura para coordinar a todos los masones y que sólo a los grados superiores se les podía decir que, en realidad, servían a Lucifer. Así como que se preparaba un cambio salvaje y brutal para la humanidad y que la Revolución Francesa, comparada con ésto, es un juego de niños. Según se dice, a este masón le fueron reveladas, por un “desconocido”, tres guerras; dos de las cuales han tenido lugar y la que falta será entre judíos y musulmanes.
En cualquier caso los efectos de las técnicas psicológicas dirigidas a la manipulación mental de la población mundial, en las que se han especializado estas organizaciones secretas a través de sus organismos visibles internacionales, según diversas fuentes aparecidas en la red, hoy están a la vista a menos que observemos con cierta curiosidad la transformación social que se viene produciendo, en los últimos años, en la sociedad occidental donde se centran sus acciones.
Masones o no lo cierto es que a través de un gran número de instituciones, actualmente sus campos de actuación abarcan, prácticamente, todos los sectores de la sociedad; desde la educación infantil y universitaria hasta la conformación de la opinión pública y la política que nos rige en general, según los investigadores de las actividades de estas organizaciones.
Muchos pensadores de ideas marxistas, entre ellos Zbigniew Brzezinski (autor de “Second Chance” y otros libros políticos), forman parte actualmente, y desde mucho antes de sus comienzos, de las principales organizaciones asociadas, y anteriores al Club Bilderberg, así como del propio Bilderberg como tal, desde su fundación, en 1954, por el príncipe Bernhard de Holanda, quien, según algunos investigadores, sería un ex-miembro del Partido Nazi y de las SS, padre de la actual reina Beatriz de Holanda.
Entre las principales asociaciones e instituciones que trabajan en la actualidad para conseguir la implantación definitiva de ese nuevo orden mundial, como así lo califican ellos mismos, se encuentran: El C.F.R (Council on Foreign Releations), el Consejo de las Américas; el R.I.I.A (Royal Institute for International Affairs); el Instituto de Relaciones Pacíficas; la Fundación Gorbachov; la Fundación Bill Gates; la Comisión Trilateral; La Fundación Carnegie y otras muchas organizaciones.
Desde aquella primera reunión, celebrada en el Hotel Bilderberg, este grupo se reúne anualmente en algún lugar del planeta, para debatir las políticas al más alto nivel que tendrán que poner en marcha los gobiernos occidentales en los años siguientes. A estas reuniones, cuyas deliberaciones son secretas a pesar de contar incluso con políticos en ejercicio, acuden, por invitación, la flor y nata de la aristocracia, de la política, magnates de las principales multinacionales del mundo, propietarios o delegados de medios de comunicación y de las finanzas mundiales para debatir y consensuar la política internacional dentro de las estrategias que mejor responda a sus intereses. Otros asistentes tienen un carácter permanente de asistencia a cada reunión. Entre ellos destaca la presencia habitual del ex-Secretario de Estado americano Henry Kissinger, de origen judío alemán, según aparece en numerosas publicaciones de investigación política.
Algunos miembros, pues, son habituales o fijos y otros son coyunturales o invitados. Las decisiones se toman a través de grupos de estudio, financiados por Becas del Council of Foreign Relations que, a su vez, pertenecen a Ford, Carnegie o Rockefeller.
Muchos analistas políticos colocan a estas asociaciones en la órbita de las más influyentes y poderosas órdenes masónicas del mundo. Algunas de ellas dispondrían de mayor presupuesto económico que el mismísimo Estados Unidos.
Hay quien mantiene que los planes para la consecución del gobierno mundial único se encuentran tan avanzados, y son tan evidentes, que sus gestores ya no necesitan permanecer en la sombra. Además, su pertenencia, o no, a órdenes masónicas tampoco es relevante respecto a las decisiones que estas élites mundiales adoptan para el logro de sus objetivos.
De lo que no cabe duda es de que el resultado de sus deliberaciones, puestas en práctica desde hace decenios, hoy son evidentes en sectores de la sociedad como la cultura, la política y la economía internacionales.
Los objetivos marcados para implantar lo que todos los investigadores coinciden en denominar “la tiranía global”, encubierta tras el concepto de Nuevo Orden Mundial son, según el ex-Illuminati/Free Mason, Leonard Zagami, instaurar “el fascismo en un Estado global, usando tecnología, como el microchip, y la inversión psicológica para controlar todos los aspectos de nuestra vida. Todo esto está en manos de un Gran Hermano que tiene el control de la policía y de los servicios mundiales de inteligencia. Actualmente estos organismos no trabajan para los Estados, sino para varias corporaciones de negocios y familias de banqueros que llevan haciendo esto desde hace mucho tiempo”.
Según Zagami, la Logia Propaganda 2, a la que pertenecen periodistas, músicos y artistas, es la encargada de promocionar y manipular a la población para llevar a cabo los objetivos marcados por el Gran Hermano de ese Nuevo Orden Mundial. Los miembros que la componen jamás se hacen públicos y tuvo una especial participación en la lucha por la implantación del comunismo en Rusia y en los años posteriores a la II Guerra Mundial. Además, según sus propias declaraciones, esta orden, a través de la Logia Eclesia, tendría infiltraciones en el propio Vaticano.
Siguiendo con las declaraciones de Zagami, a pesar de que la Logia Propaganda 2 fue destruida por los escándalos en los 90, donde se la relacionó con la mafia italiana, “muchos de sus elementos” lograron permanecer gracias al apoyo prestado por los poderosos miembros del Comité de Montecarlo, de los cuales muchos de ellos están envueltos en esta operación.
Actualmente Propaganda 2 mantiene su poder e influencia y la forma de saludo habitual, entre sus miembros, es similar al saludo hitleriano acompañado con la salutación de: “Heil Imperium”. De hecho, muchos investigadores mantienen que la cruz gamada o esvástica nazi, no es más que uno de los símbolos masónicos que representan al sol.
Acabar con el dinero metálico, con la religión, con los valores tradicionales de la familia, con las libertades individuales e implantar un chip de control en cada ser humano son, a grandes rasgos, por ahora, los objetivos fijados por los manipuladores del orden mundial. Precisamente uno de los debates en la reunión anual del Club Bilderberg del pasado día 9 de Junio de 2008, se centró en el asunto del microchip y su posibilidad de introducirlo en la población.
Entre otros puntos, según Jim Tucker, uno de los investigadores sobre las actividades secretas del club, se debatió sobre la necesidad de crear una base de datos universal desde donde se controle sin esfuerzo a cada uno de los habitantes de la tierra a través de la implantación de un microchip que, a través de frecuencias de radio, estaría conectado a un satélite desde donde se conocería cada paso que diéramos en nuestra vida cotidiana. Los argumentos esgrimidos para conseguirlo sin levantar la alarma entre la población se centrarían en los beneficios que ésto reportaría a cada persona, al no tener que portar dinero ni tarjetas, ni DNI, ni pasaporte. Además de que se fomentaría la solidaridad al hacer imposible, por ejemplo, sustraerse al pago de impuestos, etc. Otros argumentos utilizados serán que nuestro historial médico vendría grabado en el microchip, que no tendríamos que hacer cola en las adminstraciones, etc.
Estos y otros atractivos argumentos serán esgrimidos para conseguir la aceptación de la población; para lo cual movilizarán a los medios de comunicación en ese sentido. Sin embargo lo que se esconde detrás es el recorte de nuestras libertades “por nuestra seguridad”.
Quien no desee llevar dicho dispositivo, no podrá acceder a la adquisición de bienes, ni viajar en avión, etc., asegurándose así, apoyados de campañas institucionales en todos los soportes, de que todo el mundo aceptará la implantación de este microchip que ya está diseñado y que reportará ademas enormes beneficios a la empresa fabricante. Los beneficios económicos van siempre ligados a las principales tomas de decisiones de esta agenda esclavilizadora del ser humano.