Teoría M es el nombre con el que ha sido bautizada una teoría de la física cuántica, que habla sobre la existencia otros muchos universos paralelos al nuestro compuestos por 11 dimensiones, y que unificaría en ella tanto las leyes cuánticas como las leyes naturales de la física tradicional, como son las leyes de la relatividad o de la gravedad. Se trataría por tanto de la Teoría del Todo, tan ansiada por Einstein, donde matemáticamente los modelos de las diversas leyes tanto cuánticas como físicas tradicionales confluirían en una sola, unificando en esta ley los principios de ambas y, por tanto, abriendo otra ventana al conocimiento del principio de nuestro universo.
Extrapolado al ámbito del proteccionismo medioambiental, promovido precisamente por los dueños de las principales empresas y productos contaminantes, también existiría una teoría que daría la "solución a todos los problemas ambientales". La Teoría M medioambiental, eufemísticamente hablando, sería hacer todo lo necesario para "salvar" el planeta, como si este corriera algún peligro que estuviera en nuestra mano evitar, de los peligros que tiene el supuesto progreso de la humanidad; caracterizado por la radicalización de los activistas sobre conceptos la mayoría equivocados o manipulados y que se ha denominado: ecofascismo. Según estos postulados, hechos públicos por relevantes personajes de la sociedad americana, como Ted Turner (el coloso de la CNN y otros medios de comunicación y Bilderberg para más señas), así como Bill Gates y otros miembros del ahora tan renombrado club de elitistas manipuladores globales, en la Tierra sobra más de 4 mil millones de seres humanos (estómagos inservibles para ellos) y por lo tanto se hace necesario el control de la población ya que el ideal, para estos magnates (dueños de los recursos tanto naturales como artificiales y bancarios del planeta), sería una población mundial que no superase los 2 mil millones. Esta sería su consigna: la Tierra está súperpoblada y se hace necesario una reducción poblacional. Así que para alcanzar ese "loable" objetivo todo vale; es su teoría del todo, la "Teoría M" medioambiental: todo se solucionaría eliminando a 4 mil millones de seres que sobran, comen y hacen uso de los recursos naturales, en manos de estos magnates. Es triste comprobar como dichos postulados van calando en personas de buen corazón las cuales creen, víctimas de la información manipulada que se ofrece en los medios, que tal sacrificio de seres humanos estaría justificado para salvar el planeta. Incluso actores de Hollywood como John Malkovich, se arrogan el papel de Diós y abogan por la reducción poblacional, sin pensar que, quizás, el primero que sobre sea él. Aunque fuese cierto y necesario, que no lo es, ¿Qué ser humano tiene más potestad que otros para decidir sobre sus vidas? ¿Quién tiene la legitimidad moral para proclamarse por encima de nosotros para tomar decisiones sobre nuestra existencia? Estos postulados, contenidos en una concepción negativa y radical del progreso humano es, en teoría, una visisón ecofascista sobre el medio ambiente. El sólo hecho de mencionarlos, raya el sadismo y quienes así se pronuncian públicamente deberían de ser acusados de apología del genocidio.
Extrapolado al ámbito del proteccionismo medioambiental, promovido precisamente por los dueños de las principales empresas y productos contaminantes, también existiría una teoría que daría la "solución a todos los problemas ambientales". La Teoría M medioambiental, eufemísticamente hablando, sería hacer todo lo necesario para "salvar" el planeta, como si este corriera algún peligro que estuviera en nuestra mano evitar, de los peligros que tiene el supuesto progreso de la humanidad; caracterizado por la radicalización de los activistas sobre conceptos la mayoría equivocados o manipulados y que se ha denominado: ecofascismo. Según estos postulados, hechos públicos por relevantes personajes de la sociedad americana, como Ted Turner (el coloso de la CNN y otros medios de comunicación y Bilderberg para más señas), así como Bill Gates y otros miembros del ahora tan renombrado club de elitistas manipuladores globales, en la Tierra sobra más de 4 mil millones de seres humanos (estómagos inservibles para ellos) y por lo tanto se hace necesario el control de la población ya que el ideal, para estos magnates (dueños de los recursos tanto naturales como artificiales y bancarios del planeta), sería una población mundial que no superase los 2 mil millones. Esta sería su consigna: la Tierra está súperpoblada y se hace necesario una reducción poblacional. Así que para alcanzar ese "loable" objetivo todo vale; es su teoría del todo, la "Teoría M" medioambiental: todo se solucionaría eliminando a 4 mil millones de seres que sobran, comen y hacen uso de los recursos naturales, en manos de estos magnates. Es triste comprobar como dichos postulados van calando en personas de buen corazón las cuales creen, víctimas de la información manipulada que se ofrece en los medios, que tal sacrificio de seres humanos estaría justificado para salvar el planeta. Incluso actores de Hollywood como John Malkovich, se arrogan el papel de Diós y abogan por la reducción poblacional, sin pensar que, quizás, el primero que sobre sea él. Aunque fuese cierto y necesario, que no lo es, ¿Qué ser humano tiene más potestad que otros para decidir sobre sus vidas? ¿Quién tiene la legitimidad moral para proclamarse por encima de nosotros para tomar decisiones sobre nuestra existencia? Estos postulados, contenidos en una concepción negativa y radical del progreso humano es, en teoría, una visisón ecofascista sobre el medio ambiente. El sólo hecho de mencionarlos, raya el sadismo y quienes así se pronuncian públicamente deberían de ser acusados de apología del genocidio.